martes, 14 de agosto de 2012

Comprar un libro en Chile, un privilegio de adinerados


Frank Belyeu, CIPER-Chile

Ha resurgido el movimiento ciudadano que, desde hace décadas, lucha por eliminar, o reducir al menos,  el 19 % de IVA que rige sobre los libros en Chile. El actual contexto social es proclive a este cambio, pues una mejora de la educación comienza con el incremento de la lectura. Y mientras los precios sigan disparándose, la lectura seguirá decreciendo. Unos libros asequibles son sólo el primer paso para una sociedad verdaderamente desarrollada, pero un paso muy significativo. Así pues, aquello de que nuestro país está “en vías de desarrollo” se desvirtúa con el paso del tiempo y la ausencia de medidas. Ésta, la reducción del IVA a los libros, puede ser precisamente una de esas “vías” y los chilenos la reivindican desde que Augusto Pinochet adoptó esta disposición en 1976.
Las comparaciones son odiosas, pero necesarias. Una nota de  BBC Mundo hace alusión a la campaña que se impulsa en Chile para rebajar el impuesto a los libros y asegura que es uno de los más caros en el mundo. El artículo hace una comparación con los tributos que gravan los libros en otros países y deja en evidencia que no se acercan ni por asomo a los nacionales; algunos ejemplos son España (4%), Portugal (5%) o, sin ir más lejos, Argentina, que no tiene ningún tipo de arancel sobre la lectura.
Actualmente, Chile figura como el país con el impuesto de este tipo más alto de todo el mundo, según los estudios de la Cámara Chilena del Libro. Una organización, por cierto, que rechaza de plano las excusas esgrimidas por el Ministro Secretario General de Gobierno  para justificar esta situación. Andrés Chadwick, portavoz del gobierno, se apresuró a descartar que este tema vaya a ser incorporado en el paquete de reformas tributarias, hoy en trámite. Según declaraciones de Chadwick recogidas por el diario electrónico La Nación, con la rebaja del IVA “uno más que estar beneficiando al lector,termina beneficiando a las editoriales.
Según la Cámara, la posición del gobierno revela “un gran desconocimiento sobre el tema, pues los principales afectados son los consumidores, que son los únicos en la cadena de valor que no tienen cómo descontar el IVA”. La misma Cámara, en conjunto con la Asociación de Editores de Chile, emitió un comunicado en el que afirma que el ministro Chadwick “ofende gratuitamente y confunde el rol del editor con el del distribuidor”
La necesidad de buscar fórmulas que incentiven el consumo de libros quedó de manifiesto con un estudio llevado a cabo por la UNESCO hace ya 12 años, cuando ya se discutía rebajar el IVA a los libros. Efectivamente, en 2000 dicho estudio exponía que entre un 50% y un 57% de la población nacional, entre los 15 y 65 años, no era capaz de entender lo que leía. Y eso que hasta 1970 Chile era considerado uno de los países con más lectores de Latinoamérica, junto con Argentina.

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